miércoles, 28 de julio de 2010

PASITO A PASITO.

La semana pasada, mi hijo dió sus primeros pasos.

Es increible, desde que soy madre he pensado que el día que uno de mis hijos diera sus primeros pasos sería un día grande, en parte fue así, pero por otro lado un sentimiento indescriptible y extraño recorrió mi cuerpo, mi bebé se había hecho mayor de golpe?!

Era como si el bebé que había tenido en casa hasta ese momento estuviera abriendo camino a un niñito que reconocía por su mirada, me encantaba ese niñito, pero, que pasa con mi bebé? se va, se nos escapa de las manos a su padre y a mi y no podemos hacer nada por evitarlo.

Ya se que a estas alturas (mas bien bajas) no tengo que preocuparme por eso, quedan muuuchos años por delante pero no puedo evitar pensar en el futuro, sobretodo cuando miro atras y me doy cuentaque solo hace un suspiro que tenia a dos maravillosos bebés entre mis brazos de 2,225 kg y 2,350 kg cada uno y eso, un suspiro mas tarde tengo a dos niñitos de 10 kg cada uno.

Que sentiré cuando vaya por primera vez al cole? y cuando aprenda a montar en bici? y peor aun, cuando tengan su primer noviet@? Dios, mis niños, tengo que aprender mucho, tengo un monton de miedos, preguntas, dudas, y lagrimas contenidas por la razón, alegrías, ilusiones...

No deberia pensar tan allá, lo que tenga que ser será, pero yo voy a tener que seguir conteniendo mis lagrimas a cada nuevo paso que den, tendré que estar ha su lado como una espectadora más, eso sí, en palco privado y con posibilidad de tender la red para que al caer no se hagan daño.

Quizás en eso vuelvo a estar equivocada y debo dejar que se caigan solos, pero no puedo, NECESITO sentir que los protejo además de protegerlos.

El otro dia mi marido me hizo sentir algo que aunque fué una reflexión maravillosa volvió a no gustarme del todo, me dijo: - Te das cuenta que mientras nosotros mimamos y queremos a nuestro bebé, hay alguien en cualquier parte del mundo haciendo lo mismo con otro bebé el cual será su futura mujer? (marido en el caso de mi niña) y entonces pensé que ese bebé del que hablaba mi marido, algún día, se llevaría la mayor parte de sus sonrisas, sus abrazos y sus besos, y nosotros pasaremos a un segundo plano, es ley de vida, lo sé, pero no puedo por menos que extremecerme si lo pienso.

En fin, que TODO es pasajero, tengo que disfrutarlos al máximo porque todo pasa, y eso es lo único que cuenta, eso y que sigan dando muchos buenos pasos en la vida.

OS AMO MIS NIÑOS.